sábado, 28 de marzo de 2009

El Papa asegura que los preservativos no son la solución para acabar con el SIDA


MARÍA LÓPEZ DE RAMÓN
Martes, 17 de marzo por la mañana. Un vuelo sale de Roma con destino a Camerún. Durante el vuelo, el Papa Benedicto XVI hace unas declaraciones a los periodistas que allí se encuentran, sobre la postura que adopta la Iglesia Católica para luchar contra la difusión del sida. Un país, una enfermedad, una religión, y unas palabras que han desatado millones de preguntas posteriores. ¿Son justificables las palabras del Papa sobre los preservativos? ¿Es preciso criticar la postura del Papa quién únicamente ha defendido la liturgia católica que él mismo representa? ¿Es posible tratar un tema científico desde un punto de vista religioso? ¿Y someter la fe de millones de personas a aquellos postulados que sostiene la ciencia?

Los hechos ocurrieron con motivo de la primera visita oficial que Benedicto XVI está realizando al continente africano. Momentos antes de llegar a Camerún, y ante la pregunta que le realizó un periodista francés sobre la ineficacia de la postura católica a la hora de luchar contra el sida, el pontífice señaló que “la realidad más eficiente, más presente en el frente de la lucha contra el sida es precisamente la Iglesia católica” y que el problema del sida no podía solucionarse con dinero, ni con la distribución de preservativos, que esto, al contrario, “aumenta el problema”.

Las reacciones ante las declaraciones del Papa no se hicieron esperar. Mientras que los Ministros de Relaciones Públicas de Francia y Alemania señalaron su “profunda preocupación” tras escuchar a la máxima autoridad de la Iglesia Católica, desde el Ministerio de Sanidad español se anunció el envío de un millón de preservativos a África. Por su parte, Michel Kazatchkine, director del Fondo Mundial de Lucha contra el sida, expresó su indignación a la Radio France Inter, cuando se enteró de las declaraciones realizadas por Benedicto XVI.

Pero las declaraciones más duras ante la postura de la Iglesia Católica, las realizó una de las revistas de medicina más prestigiosas del mundo, The Lanzet, en cuya nota editorial se podía leer que el Papa "distorsionó públicamente evidencia científica con el fin de promover la doctrina católica sobre este asunto”. La revista británica de medicina, que considera el condón como la forma más eficiente para reducir la transmisión del sida, pidió además a Benedicto XVI que se retractara. "Cuando cualquier persona influyente, sea una figura religiosa o política, hace una declaración científicamente falsa que puede ser devastadora para la salud de millones de personas, debería retractarse o rectificarse en público”, decía el artículo. Pero, ¿puede el Papa ir en contra de su propio dogma católico?

Es cierto que numerosos estudios científicos avalan las posturas de todos aquellos que defienden que el preservativo es uno de los métodos más eficaces para combatir el sida. Así lo afirma la ONU, quién a través de su página web, ha recordado que el preservativo es "la tecnología disponible más eficiente para reducir la transmisión sexual del VIH". Incluso, unos datos publicados en un reportaje de L'Osservatore Romano, diario de la Santa Sede, revelan que la eficacia del condón para evitar el contagio del virus del sida es del 87% en África, un continente dónde la enfermedad sigue siendo la principal causa de muerte. Concretamente en Camerún, y según unos datos publicados por la OMS (Organización Mundial de la Salud), 39.000 personas fallecieron en 2007 a causa del sida.

Sin embargo, y a pesar de estos datos, muchos de los misioneros que se encuentran en África, en las zonas más afectadas por el sida, han afirmado que el problema no se encuentra en el discurso del Papa, sino en la tradición y la educación sexual que existe en este continente, dónde la mayoría de la población no sabe lo que significa el uso del condón. Según declaraciones del sacerdote Pierre Marie Chanel, de la Comisión para Luchar contra las Enfermedades de Transmisión Sexual, realizadas al periódico EL PAIS, “la situación, tras 20 años de reparto de condones, apenas ha mejorado”.
A la vista de todos los datos expuestos parece que, en cierto modo, el Papa no se confundió al afirmar que la solución al sida no se encuentra en el reparto de condones, ya que ni éstos aseguran un 100% de protección frente a la enfermedad, ni podemos dejar de pensar que sólo por esa medida vamos a conseguir la reducción del sida. Las campañas para reducir la promiscuidad de contactos sexuales, las prácticas de sexo seguro y otros programas son necesarios para controlar la enfermedad. Tal y cómo declaró el pontífice, la solución en África pasa por “una humanización de la sexualidad, una renovación espiritual y humana que conlleve una nueva forma de comportarse el uno con el otro”. En ésta misma línea, el jefe de prensa del Papa señaló que "las líneas esenciales del esfuerzo en la lucha contra el sida se concentran en la educación para la responsabilidad en el uso de la sexualidad, con la reafirmación del papel de la familia y el matrimonio; haciendo la investigación y aplicación de curas eficaces accesibles al mayor número de personas, y con asistencia humana y espiritual a los enfermos”.

Sí hubo algo en lo que el Papa se confundió, fue en afirmar que el uso de los preservativos puede aumentar el problema del sida, ya que, a pesar de que no lo elimina, sí que reduce de manera considerable la transmisión de la enfermedad. En ese sentido, el Papa no fue riguroso con la afirmación que realizó y quizá sí debería aclarar mejor sus palabras. Pero, por todo lo demás, ni se debe juzgar ni podemos exigir que la máxima autoridad de la religión católica vaya en contra de la propia tradición y de la moral sexual que ha venido defendiendo siempre la Iglesia Católica. Porque finalmente, son cuestiones de fe que ni la ciencia puede entrar a valorar.

4 Comentários:

VRamon dijo...

Tu artículo me ha gustado mucho por lo bien que está escrito, documentado, expuesto... pero (hay solo uno) hay una opinión que no comparto. El Papa de la iglesia católica, se nos dice a nivel de jerarquía, que es infalible, nuestro pastor... pero nosotros hemos de saber, que solo a nivel de fé. Es nuestro padre en la fé. Pero data del siglo XIX el dogma donde se nos dice esto. Es decir, durante muchos años, ni siquiera la propia iglesia consideraba al Papa como alguién infalible, con la posesión de la verdad... Él es nuestro guía, nuestro pastor, pero sólo en temas de fé, no en temas morales o de bioética.
De todas formas gracias por hacerme pensar tanto. Un saludo!

Carmen dijo...

A mi m ha gustado muxo tu artículo de opinión, xq das muxos datos q refuerzan loq dices.
No es el típico artículo d opinión en el que sólo hay un par d datos y todo lo demás es dar opiniones sin fundamento. Está clara tu opinión al respecto, xo sólo d forma general y sin defenderla a ultranza. Esos son los mejores artículos, loq no descalifican ni son extremistas, sólo manifiestan la opinión de forma tan leve q casi no s percibe, aunk esté presente.
Un saludo. Carmen

Ara dijo...

Allá vamos, yo creo que el Papa está en el punto de mira constantemente por lo que cualquier declaración que haga va a suscitar polémica.

En este caso, creo que evidentemente el preservativo frena la transmisión del sida pero para nada es la solución al problema.

Lo que yo deduje al leer las declaraciones de Benedicto XVI es que para frenar una enfermedad como el sida no basta con repartir preservativos hay que ir más al fondo del asunto y una vez formado e informado actuar, y si hay que repartir condones se reparten.

No se puede decir a los africanos ale aquí tenéis los preservativos que con esto se acaba el sida, no, personalmente no creo que sea la solución ¿y las demás enfermedades de las que no protege el preservativo?. El sida se transmite de otras maneras, que a lo mejor muchísima gente de África desconoce, y deberían conocer.

Por otro lado, a la opinión pública no interesa que haya miles de misioneros católicos y no católicos que reparten diariamente preservaivos pero que además dan una educación sexual, pero esto es indiferente para los medios porque es más fácil atacar por atacar que escuchar, respetar y opinar.

Un beso mariiii!

Es casi más largo que tu artículo.

Anónimo dijo...

Intentaré ser lo más breve y precisa que mi falta de habilidades expresivas me permita. Directa al grano, respondo tus preguntas: ¿Son justificables las palabras del Papa sobre los preservativos? NO. ¿Es preciso criticar la postura del Papa quién únicamente ha defendido la liturgia católica que él mismo representa? Sí. ¿Es posible tratar un tema científico desde un punto de vista religioso? NO.
Separemos la ciencia de la religión. Se puede creer en la ciencia y tener fé y adoptar las doctrinas de la Iglesia Católica. Supongo que el problema de la transmisión del SIDA no SOLO se soluciona con dinero y el uso del preservativo y que es preciso, urgente y necesaria una educación sexual básica. Eso, sí, una vez que se haya recibido esta educación, cada uno es libre de su conducta sexual, mientras se respete a sí mismo y respete al otro. Si en Occidente, la educación sexual no llega a veces a unos objetivos básicos, alcanzarlos en África donde las condiciones mínimas de vida no se alcanzan creo que es un objetivo poco realista y demasiado ambicioso. Por lo tanto, un primer paso para mejorar su calidad de vida podría ser la difusión del preservativo como impedimento a la transmisión de enfermedades. Me enorgullece vivir en una sociedad en la que, cuando una eminencia, de las creencias que sea, afirma algo en contra de lo que postula la ciencia, salten las voces de representantes de distintas organizaciones. Porque la ciencia es objetiva y exacta, tiene pruebas y años de estudio-
Tema aparte es lo que pueda defender el Papa como máximo representante de la Iglesia Católica. Si la institución de la que forma parte promueve unos ciertos comportamientos sexuales y él firmemente cree que éstos son la solución al problema del SIDA, creo que muy poca gente se alarmaría ante la idea de la promulgación de “ la humanización de la sexualidad, una renovación espiritual y humana que conlleve una nueva forma de comportarse el uno con el otro” en África, cuando se deje a libre elección el seguimiento de dicha doctrina. Igual que como los científicos no se entrometen en temas de moralidad sexual ni matrimonial, creo que el Papa debería de haber formulado de una manera muy distinta sus ideas. También tengo entendido que el perdón es un principio básico del cristianismo (por decirlo de una manera coloquial) creo que el Papa debería de reconocer que se expresó mal y retractarse.

ELENA R.

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