sábado, 12 de septiembre de 2009

Chavez revoluciona España con su visita

El presidente venezolano, Hugo Chavez, visitó de forma imprevista la capital española. La llegada se produjo en la madrugada del 11 de septiembre y se extendió hasta el final del mismo día. En la visita, el mandatario ha sido recibido por José Luís Rodríguez Zapatero y el Rey Don Juan Carlos.

Por Cristo Rodríguez

Aunque los motivos de dicha visita relámpago no han transcendido, la Vicepresidenta, María T. Fernández de la Vega, ha comunicado que el encuentro se “ha producido en el marco de una gira del presidente Chávez ha realizado por distintos países”. La ministra ha ofrecido esta declaración ha consecuencia de la recriminación de algunos periodistas que no estaban de acuerdo con el encuentro. Sobre todo porque, la agenda del presidente Zapatero ha sido modificada a causa de la llegada de su homónimo venezolano, según RTVE. En la reunión de presidentes, Zapatero se ha ofrecido a actuar como mediador en el conflicto que Venezuela mantiene con Colombia, según informa La nacion.com.

Chavez ha aprovechado esta visita para anunciar el mayor hallazgo de gas natural descubierto en suelo venezolano. En total unos 7 billones de metros cúbicos de gas que serán explotados por la compañía nacional Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), Repsol YPF y el grupo italiano Eni.


Además de esto, Chavez ha revolucionado el centro de la capital. Con su séquito habitual el presidente visitó una librería de la céntrica Gran Vía madrileña. A la salida le esperaban decenas de detractores que abuchearon al mandatario hasta que se marchó. En la puerta de la librería también se agruparon, aunque en menor número, personas afines a Chavez.


-Entrevista a Chavez: el Pais.com.

-Foro: ¿Qué opinas de la visita de Chavez?

sábado, 28 de marzo de 2009

El Papa asegura que los preservativos no son la solución para acabar con el SIDA


MARÍA LÓPEZ DE RAMÓN
Martes, 17 de marzo por la mañana. Un vuelo sale de Roma con destino a Camerún. Durante el vuelo, el Papa Benedicto XVI hace unas declaraciones a los periodistas que allí se encuentran, sobre la postura que adopta la Iglesia Católica para luchar contra la difusión del sida. Un país, una enfermedad, una religión, y unas palabras que han desatado millones de preguntas posteriores. ¿Son justificables las palabras del Papa sobre los preservativos? ¿Es preciso criticar la postura del Papa quién únicamente ha defendido la liturgia católica que él mismo representa? ¿Es posible tratar un tema científico desde un punto de vista religioso? ¿Y someter la fe de millones de personas a aquellos postulados que sostiene la ciencia?

Los hechos ocurrieron con motivo de la primera visita oficial que Benedicto XVI está realizando al continente africano. Momentos antes de llegar a Camerún, y ante la pregunta que le realizó un periodista francés sobre la ineficacia de la postura católica a la hora de luchar contra el sida, el pontífice señaló que “la realidad más eficiente, más presente en el frente de la lucha contra el sida es precisamente la Iglesia católica” y que el problema del sida no podía solucionarse con dinero, ni con la distribución de preservativos, que esto, al contrario, “aumenta el problema”.

Las reacciones ante las declaraciones del Papa no se hicieron esperar. Mientras que los Ministros de Relaciones Públicas de Francia y Alemania señalaron su “profunda preocupación” tras escuchar a la máxima autoridad de la Iglesia Católica, desde el Ministerio de Sanidad español se anunció el envío de un millón de preservativos a África. Por su parte, Michel Kazatchkine, director del Fondo Mundial de Lucha contra el sida, expresó su indignación a la Radio France Inter, cuando se enteró de las declaraciones realizadas por Benedicto XVI.

Pero las declaraciones más duras ante la postura de la Iglesia Católica, las realizó una de las revistas de medicina más prestigiosas del mundo, The Lanzet, en cuya nota editorial se podía leer que el Papa "distorsionó públicamente evidencia científica con el fin de promover la doctrina católica sobre este asunto”. La revista británica de medicina, que considera el condón como la forma más eficiente para reducir la transmisión del sida, pidió además a Benedicto XVI que se retractara. "Cuando cualquier persona influyente, sea una figura religiosa o política, hace una declaración científicamente falsa que puede ser devastadora para la salud de millones de personas, debería retractarse o rectificarse en público”, decía el artículo. Pero, ¿puede el Papa ir en contra de su propio dogma católico?

Es cierto que numerosos estudios científicos avalan las posturas de todos aquellos que defienden que el preservativo es uno de los métodos más eficaces para combatir el sida. Así lo afirma la ONU, quién a través de su página web, ha recordado que el preservativo es "la tecnología disponible más eficiente para reducir la transmisión sexual del VIH". Incluso, unos datos publicados en un reportaje de L'Osservatore Romano, diario de la Santa Sede, revelan que la eficacia del condón para evitar el contagio del virus del sida es del 87% en África, un continente dónde la enfermedad sigue siendo la principal causa de muerte. Concretamente en Camerún, y según unos datos publicados por la OMS (Organización Mundial de la Salud), 39.000 personas fallecieron en 2007 a causa del sida.

Sin embargo, y a pesar de estos datos, muchos de los misioneros que se encuentran en África, en las zonas más afectadas por el sida, han afirmado que el problema no se encuentra en el discurso del Papa, sino en la tradición y la educación sexual que existe en este continente, dónde la mayoría de la población no sabe lo que significa el uso del condón. Según declaraciones del sacerdote Pierre Marie Chanel, de la Comisión para Luchar contra las Enfermedades de Transmisión Sexual, realizadas al periódico EL PAIS, “la situación, tras 20 años de reparto de condones, apenas ha mejorado”.
A la vista de todos los datos expuestos parece que, en cierto modo, el Papa no se confundió al afirmar que la solución al sida no se encuentra en el reparto de condones, ya que ni éstos aseguran un 100% de protección frente a la enfermedad, ni podemos dejar de pensar que sólo por esa medida vamos a conseguir la reducción del sida. Las campañas para reducir la promiscuidad de contactos sexuales, las prácticas de sexo seguro y otros programas son necesarios para controlar la enfermedad. Tal y cómo declaró el pontífice, la solución en África pasa por “una humanización de la sexualidad, una renovación espiritual y humana que conlleve una nueva forma de comportarse el uno con el otro”. En ésta misma línea, el jefe de prensa del Papa señaló que "las líneas esenciales del esfuerzo en la lucha contra el sida se concentran en la educación para la responsabilidad en el uso de la sexualidad, con la reafirmación del papel de la familia y el matrimonio; haciendo la investigación y aplicación de curas eficaces accesibles al mayor número de personas, y con asistencia humana y espiritual a los enfermos”.

Sí hubo algo en lo que el Papa se confundió, fue en afirmar que el uso de los preservativos puede aumentar el problema del sida, ya que, a pesar de que no lo elimina, sí que reduce de manera considerable la transmisión de la enfermedad. En ese sentido, el Papa no fue riguroso con la afirmación que realizó y quizá sí debería aclarar mejor sus palabras. Pero, por todo lo demás, ni se debe juzgar ni podemos exigir que la máxima autoridad de la religión católica vaya en contra de la propia tradición y de la moral sexual que ha venido defendiendo siempre la Iglesia Católica. Porque finalmente, son cuestiones de fe que ni la ciencia puede entrar a valorar.

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